En algún sentido, la incomprención de este sonido, su variación, acota perfectamente la idea que Why? intentó transmitir. Un híbrido musical que combina los elementos del pop rock con una leve dósis de hip hop. El coctel que esperábamos.
Kasper Eistrup, Mads Tunebjerg, Asger Techau y Henrik Lindstrand. Daneses. Definir la intensidad con la que manejan sus instrumentos es tarea épica, las voces y sonidos llevados al extremo les permiten ser apreciados en magnitud. Aún estaba por venir el Zitilites.
Sí existiera una referencia obligada hacia el término Post Rock, el nombre subrayado tendría que ser el de Godspeed You Black Emperor. Canciones de muchos minutos si, pero de muchas ideas y mucha locura ascendente. Un clásico.
Banda mexicana que apoyaba a Ely Guerra en sus eventos. Para saciar sus inquietudes artísticas, que no son pocas, sacan a la luz Turbulencia, aclamado ya por crítica en varios paises del mundo, por la maravillosa mezcla de rock y jazz que de ahí emerge.
El primer tomo de la era Belle and Sebastian empezaba con un alto nivel de originalidad. Es Tigermilk, a mi parecer, la obra más honesta y más ecléctica de Stuart Murdoch y compañía. No hay una sola mala canción en esta producción. El comienzo de una historia con tintes de leyenda.
El primer acercamiento a la realidad del trío de Baltimore es para mi, el mejor, el más certero. Pop folk lleno de melodías satisfactorias y una voz muy singular. En sus posteriores trabajos ya no alcanzarían el nivel de éste, pero con Come I'm a Lion! dejan satisfechos a más de uno. Altamente recomendado.
La grabación de esta presentación tiene su grado de importancia dado que Neutral Milk Hotel ya era parte de la historia. Que la calidad de ésta no sea la ideal, no interfiere en absoluto con el nivel de grandeza que se expresó en ese sitio. Para nuestra fortuna quedó registrado.
El segundo viaje de Los Planetas complementa e instruye a partes iguales su camino, el transcurrido y el que vendría. De cada disco, J logra encumbrar himnos, por aquí surgen db, David y Claudia, José y yo y algunas otras. Pop es un álbum muy logrado y completo, como casi todo lo que publican los granadinos.
Una gratísima introspección envuelta por sintetizadores y guitarras, con ciertos susurros insertados haciendo que los samples se conviertan en atmósferas recurrentes y armónicas. Logran con apacible sencillez lo que otras bandas del mismo estilo o misma región se han desgarrado por demostrar sin éxito.
La obra cumbre de Nick Cave. Aquí, él y sus semillas malas se internan en una de las mayores introspecciones colectivas jamás imaginadas y desarrollan historias, igual patéticas que gloriosas, igual sádicas que de ensueño; llevan la poesía musical a un nivel superior y nos entregan una de las obras de escucha necesaria de la era moderna.
Con el ánimo en alto es como empieza el disco, sin descanso, sin reparos, sin puntos muertos. Enérgico, poderoso, irracional. Bajo el mando de Spencer Krug, integrante de Wolf Parade también (por ahí va la cosa), los canadienses le siguen al juego de liderazgo a los suecos, se divierten y todos ganamos. Por cierto, con el ánimo en alto termina el disco también.
El chico solitario de Detroit, con su segundo trabajo, deja en evidencia que, en The Raconteurs, la magia no recae sobre Jack White en su totalidad; por el contrario, nos enseña la antítesis del rock suelto de la banda y se enreda él mismo en una hilera de ideas sobresalientes. Un aplauso para su voz y otro más para su talento inagotable.
Dan Bejar ha demostrado su calidad en cada una de sus producciones, y con creces; ha puesto sobre la mesa esta paradoja de indie pop con voces atormentadas, incrementando la calidad en cada uno de sus trabajos. Trouble in Dreams es su última creación y la más fina, no por nada unos cuantos himnos se cuelan por ahí.
La mitad de Arab Strap regresa este año, cambia el rumbo del predecesor pero no disminuye la calidad, ahora Malcolm deja las guitarras eléctricas descansando (no por completo) y hace suya la acústica, se torna melancólico y le baja las velocidades. Como suele suceder con los discos buenos, se hacen breves. Éste lo es.
Un planteamiento directo de instrospección dirigido a ultranza por una acústica manejada a la perfección por Liam Bailey. Canciones que se expresan sin miramientos a relaciones personales y sus consecuencias, una mirada hacía Illuminated Red y The Closer I Am basta para nombrarlos como un gran trabajo de este año, un trabajo de una banda de Reino Unido, para no variar.
Una de las creaciones más impresionantes de los últimos tiempos. Recién dejaba Mark Kozelek el nombre de los Red House Painters para trazar los vectores de esta obra acústica explosiva. Aquí viene la oda al pugilísimo Salvador Sanchez, la épica Duk Koo Kim de catorce minutos, Carry Me Ohio, y una serie de descargas auditivas dignas de una joya. Un clásico como pocos.
La forma en que Andrew Petitt y compañía fueron contruyendo este álbum tiene, en la finalización, la meta trazada y cumplida. Un disco que no se apega a los cánones establecidos y arriesga con la simplicidad y experimentación a partes iguales. Y por si a alguien le quedaba alguna duda, su nueva publicación supera aún los estándares de ésta, pero todo a su tiempo.
Bat For Lashes es Natasha Khan; el estilo de canto y cierta forma de interpretación han creado similitudes, desde Björk, hasta Tori Amos o Cat Power. Pianos, arpa y voz se unen para dar forma a éste su debut. Es entonces cuando se entiende porque Radiohead la buscaba para abrirles conciertos en Europa; lo que no se entiende es la falta de atención a tan buen material.
La sencillez con que Mark Kozelek es capaz de plasmar sentimientos con su acústica es para perder el aliento. Si bien es cierto que éste es su álbum menos reconocido (bajo el nombre de Sun Kil Moon), también es justo decir que es una maravilla, más breve, menos atormentado, más melancólico. De escucha obligada y un perfecto aperitivo para la publicación que ya hizo en este 2008.
Sin desperdicio. Un disco completo y casi místico; la influencia del Radiohead desquiciado es evidente. A mi entender, en la historia del pop en español, hay ciertas cumbres indiscutibles, el Ep Bidimensional de Maga, el Nuevos Tiempos de La Habitación Roja, el Super 8 de Los Planetas, y por supuesto, el Ultrasónica de Los Piratas.
Debut del 2008, provenientes ellos de Austin Texas, nos sorprenden con un álbum que, a todas luces, resulta inclasificable, podría caer dentro de los rangos nunca explícitos del dream pop, slowcore, folk clásico por momentos y post rock a otros ratos. Una deliciosa mezcla auditiva que produce un placer ecléctico irrepetible.
Matt Brooke estuvo en Band Of Horses participando en la elaboración de un par de discos, ambos buenos. Antes de eso, el chico de Seattle había estado en la banda de culto Carissa's Wierd, haciendo cosas aún mejores. Ahora regresa con este proyecto y no podemos hacer otra cosa sino agradecerle.
La primera obra oficial de Zach Condon termina como un manifiesto de espontaneidad europea, un viaje al mediterraneo y un cúmulo de experiencias índigas, lo paradójico es que el chico es neoyorquino y tiene diecinueve años, lo cual habla bien del talento desbordante que posee, expresado de manera casi perfecta en estos once cortes.
El impecable trabajo creativo de Elliott Smith se fragmenta en cada una de sus obras en la proporción adecuada; éste, en particular, viene cargado con una secuencia de sentimientos tan evidentes como impactantes. Un gran disco, que además, cuenta con una de las mejores canciones jamás hechas: Waltz #2.
El slowcore latino no existiría sin exponentes como ella. Argentina pero radicada en Los Angeles, es ella una buena muestra de la sencillez convertida en arte. Nos canta y nos entretiene con pequeñas historias que adorna con guitarra sumisa, piano taciturno y sintes acomodados. Su trabajo más logrado.
Cuando el mundo prestaba completa atención al The Sophtware Slump del 2000, Grandaddy publica el Sumday, con canciones más calmadas, le bajan un poco la intensidad a las guitarras y crean atmósferas plausibles y creativas. Una mirada diferente al mundo por parte de Jason Lytle. Ya quisiéramos más trabajos como éste.
Cuando Mozo habla el mundo calla. You're the Quarry es un ejercicio de expresión pura, una oda a la modalidad y magnificencia del estilo de Morrissey, aquí lo perfecciona y lleva al límite. Sin ser su mayor obra, sí alcanza niveles muy altos, es un clásico en tiempos modernos, en tiempos de pena.
Llevan consigo el sobrenombre de la fiesta ácida, una sobredósis de azufre mezclado con perversión que se traduce en sonidos etéreos, por momentos el sonido se rompre y nos quedan cuasibaladas dolorosísimas, un tema incluso, acerca del gran Jeff Buckley. Un disco que pone la bandera alta para éste año.
De alguna forma, las texturas que explora Justin Vernon se convierten en un lamento, un desasosiego mezclado con notas musicales que desborda cualquiera que sea el sentimiento que se tiene cerca. Para quien guste clasificar, esto no tiene clasificación, pero un folk dulce y arrepentido suele surgir de estos surcos. Una delicia de álbum.
The Notwist demustra que la evolución no se queda en teorías históricas, las modificaciones sonoras que han tenido los ha llevado a un perfeccionamiento de sonido, evidenciado en Neon Golden, y expuesto ahora en ésta forma.
La idea de la creación de este blog surge debido al ocio/inversión del tiempo desperdiciado. Compartir música resulta sano e incluso un comportamiento inquietante. Si a alguien sirve lo que se sube aquí, fantástico, de la misma forma el creador de ésto, toma provecho de otros. Así es el mundo de ahora.
En la póliza de seguro, estaba escrito el nombre del sujeto; con la primera letra en mayúsculas, sin tildes y sin espacios. Ya nadie quiso saber algo más.
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